lunes, 8 de abril de 2013

Luz emitida por paredes: un desarrollo con LEDs



En julio de 2011 la firma Philips anunció que estaba trabajando en el desarrollo de una tecnología: los paneles luminosos. Se trata de un producto elaborado en conjunto entre la empresa de iluminación Philips y el fabricante de paneles acústicos Kvadrat Soft Cell. Básicamente, la idea consiste en un tipo de textil que, además de poseer características acústicas como la absorción de ruidos, puede emitir luz mediante fuentes LED de dimensiones reducidas ensambladas en el material. Este material presenta una alta flexibilidad que permite adaptarlo a diferentes tipos de espacio, lo cual abre grandes posibilidades a los arquitectos y diseñadores de interiores. En este sentido, el textil de monta en bastidores metálicos para lograr la tensión necesaria, dando lugar a superficies que emiten luces cambiantes. En efecto, una de las posibilidades sugeridas para su uso es la interacción entre luz y sonido, de manera que la luz pueda modificar su color y/ o intensidad de acuerdo con los sonidos del ambiente. De esta manera, un espacio quedará iluminado por las mismas paredes que lo constituyen, y podrá elegirse entre la creación de una iluminación de tipo práctico-funcional o estético-expresiva.

 




Si bien esta idea es tecnológicamente innovadora, es conceptualmente repetitiva. En efecto, ya Alexandre Salzmann ideó unos paneles fabricados con tela translúcida detrás de los cuales se montaron lámparas blancas y de colores diversos para obtener colores-luz por mezcla aditiva (el principio del RGBW, rojo, verde y azul más blanco). La experiencia tuvo lugar durante los años 1912 y 1913 en el Instituto de Helereau, cuando Salzmann colaboró en la puesta en escena de los espectáculos que en ese período dirigieron Jacques Dalcroze y Adolphe Appia. En dicha ocasión tanto el escenario como el auditorio se revistieron con estos paneles, incluido el techo, conjunto que demandó unas 3.000 lámparas. El concepto de Salzmann era que al no verse las fuentes de luz y al iluminarse los objetos de manera uniforme, la visibilidad de los objetos era óptima.

Creo que este es un perfecto ejemplo (otro más entre tantos) de lo que en los últimos años los mismos arquitectos han denominado “iluminación escenográfica”, es decir, la aplicación de formas de trabajo con la luz propias del teatro a la arquitectura.

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