lunes, 27 de diciembre de 2010

Caravaggio: las luces y las sombras de una vida

El laudista

© Mauricio Rinaldi

No podemos dejar pasar el 2010 sin recordar a Caravaggio. En efecto, en este año se cumplen 400 años del fallecimiento de este pintor que está ubicado entre los principales claroscuristas. Michelangelo Merisi, tal el nombre verdadero de este artista, nació el 19 de octubre de 1571 en el pueblo de Caravaggio, de donde tomará su nombre. Murió en julio de 1610. La importancia de este artista es doble ya que no sólo su obra posee un valor propio, sino que, además, influyó en pintores como Zurbarán, Velázquez y Rubens.

Su formación se inicia en 1584 en el taller de Simone Peterzano en Milán, donde desarrolla la técnica pictórica y se embebe de los cánones estéticos de la Contrarreforma establecidos, entre otros, por Carlo Borromeo. Su viaje a Venecia en 1592 lo pondrá en contacto con la obra de Tiziano y Giorgione, y ya en Roma, recibirá importantes encargos. Entre 1600 y 1604 Caravaggio llega a su desarrollo máximo como artista, aunque también se agravan sus problemas con la justicia. De fuerte carácter, Caravaggio tuvo una vida muy agitada, llegando a asesinar a un hombre en una pelea callejera. La condena a muerte que este incidente le acarrea lo hace huir a Nápoles en 1605, donde recibirá otros importantes encargos. Luego se traslada a Malta con la intención de entrar en la Orden de los Caballeros de Malta y obtener así el indulto del Papa, pero es expulsado de esa organización. Creyendo en que el indulto papal está cercano, se dirige nuevamente a Roma en 1610, pero es apresado en el Porto Ercole y escapa, muriendo poco después en circunstancias poco claras. Artista que se desenvolvió en los más altos niveles sociales, se mezcló como hombre con los estratos más bajos de la sociedad contactándose con individuos de vidas frecuentemente dudosas. Así, las luces y las sombras de su vida llevan un paralelo con el claroscuro de sus pinturas.

Para comprender el uso de la luz en Caravaggio debemos entender primero su modo de pintar, lo cual está en estrecha relación con su concepto del arte. El tratamiento de la luz en la obra de Caravaggio es eminentemente teatral. El empleo de luces laterales, generalmente sin apoyo luces de relleno, es casi una constante en sus escenas, lo cual produce grandes diferencias entre luces y sombras. Renacentista en su nacimiento, Caravaggio es Barroco en su sensibilidad. Para quienes nos dedicamos al arte de la iluminación, la observación de pinturas del Barroco es de gran ayuda, ya que constituye un buen ejercicio de entrenamiento visual. El estudio detallado de estas obras nos muestra cómo la manipulación de la luz sobre un espacio puede lograr resultados visuales de gran valor expresivo. Por ello, tomamos esta nota como el inicio de una serie de análisis de la luz en la pintura.

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