Una de las características que definen una fuente de luz es su Índice de Reproducción Cromática, también conocido como Rendimiento de Color o Eficiencia Cromática. Las siglas que identifican este aspecto de la luz son IRC (o CRI, por la expresión inglesa Chromatic Reproduction Index) o Ra, indistintamente.
Podemos definir el rendimiento de color como el grado de fidelidad con el que una fuente de luz reproduce los colores de los objetos. En este sentido, debemos considerar que un pigmento funciona como un filtro cromáticamente selectivo ante la luz. Así, por ejemplo, si tenemos una superficie azul, la vemos con ese color porque la luz blanca que incide en ella (luz que está formada por frecuencias luminosas de todos los colores) se refleja de manera diferenciada, es decir, el pigmento azul refleja sólo la luz azul, absorbiendo todas las otras luces de colores diferentes. De esto se deduce que si queremos una fuente luminosa que nos permita ver claramente todos los colores posibles que presenten los objetos, esta fuente deberá emitir todos los colores luz, de manera que siempre haya un color luz disponible para ser reflejado por el color pigmento correspondiente. Como sabemos, las fuentes de luz pueden clasificarse en dos grupos: fuentes de espectro continuo y fuentes de espectro discontinuo. Las primeras emiten todos los colores luz visibles (es decir, desde los 380nm hasta los 700nm); las segundas carecen de alguna componente cromática o longitud de onda.
Espectro continuo
Espectro discontinuo
De esta manera, un objeto iluminado con una fuente de espectro discontinuo puede presentar un aspecto cromáticamente desaturado, o sea, sus colores se verán con tendencia al gris.
Internacionalmente, el IRC se clasifica en 5 niveles por pasos de 10%, según se muestra a continuación.
Denominación IRC o Ra
1A 100%-91%
1B 90%-81%
2A 80%-71%
2B 70%-61%
C 40%-60%
Esta tabla nos permite decidir la elección de la fuente más adecuada según el proyecto en el que trabajamos.