sábado, 11 de abril de 2020

El Museo de la Lámpara de Kyoto





© Mauricio Rinaldi

 

Quien viaje a Japón y recorra la ciudad de Kyoto, puede visitar el Museo de la Lámpara. Se trata de una colección de 1.600 piezas – de las que se exhiben unas 800 –, constituida por lámparas de aceite y candeleros de velas, en gran parte de procedencia europea, pero también procedentes de la tradición japonesa, todas del siglo XIX.

 

El museo se encuentra en un lugar privilegiado de Kyoto, justo al lado de la entrada del santuario Yasaka-Jinja en el parque Maruyama, frente a una concurrida avenida de la zona de  Higashiyama-ku. Sin embargo, el visitante debe buscarlo con atención, ya que no presenta una entrada llamativa; sólo hay una sencilla puerta de vidrio con una gran silueta de una típica lámpara de aceite. En efecto, se trata de un lugar curioso, instalado en un terreno angosto. Al ingresar en el estrecho pasillo, un encargado nos interpela desde una ventanilla casi inadvertida. Allí se paga la entrada y el encargado nos invita a subir a la primera planta por una escalera. Al llegar, nos encontramos con una sala rodeada por vitrinas de vidrio en cuyo interior se amontonan las más diversas piezas de iluminación, sin ningún criterio museográfico y con escasa información sobre lo exhibido. Así, lámparas de aceite francesas conviven con mecheros ingleses, entre los cuales se hallan accesorios como cajas de fósforos de la época, pantallas de vidrio coloreado, espejos reflectores y tubos de  vidrio transparente de protección. Una gran araña colgada del techo invade el centro de la sala, obligándonos a un recorrido circular. Una segunda planta exhibe piezas similares con igual desorden.

 

El pobre estado de limpieza y la sucesión aleatoria de elementos confiere a este museo una atmósfera de tiempo detenido, como la de un lugar que se ha congelado en la historia. Sin embargo, es precisamente todo este conglomerado el que causa curiosidad, por lo que recomendamos su visita a todos los interesados en la iluminación.