© Vilma Santillán (texto)
A mediados del siglo XX existieron dos
estilos de Teatro Negro: el teatro luminiscente y el teatro negro
propiamente dicho. Este último no utilizaba bulbos UV negros ni pinturas
luminiscentes, sino una ligera línea delantera de luz frontal solamente para el
deslumbramiento de los ojos del espectador. Luego de la Segunda Guerra Mundial,
la empresa Philips fabricó las primeras bombillas UV, las cuales fueron
conocidas por el pintor checo Frantisek Tvrdek, quien quedó fascinado con ellas
y comenzó a experimentar con diversos materiales, dado que aún no había
pinturas para luz UV. El primer teatro que utilizó tecnología UV fue el de
Spejbl.
Actualmente, los dos estilos arriba
mencionados de teatro negro operan mayormente juntos, dado que se utilizan
combinaciones de tubos UV con pinturas luminiscentes y con líneas lumínicas
frontales. En los últimos años, ya en pleno siglo XXI, se ha desarrollado el
denominado “Teatro Negro Multimedia”, con la producción de espectáculos que
combinan luz negra con otras tecnologías de avanzada relacionadas con el mundo
del video y la fotografía.