viernes, 4 de marzo de 2016

La ópera como antecedente de las industrias culturales (Parte II)






Este trabajo fue presentado en el XVIII CONGRESO INTERNACIONAL DE TEATRO IBEROAMERICANO Y ARGENTINO, Buenos Aires, 4 al 8 de agosto de 2009.

 

La industrial cultural

 

Respecto de la industria, debe recordarse que su posibilidad está dada por las técnicas reproductivas, es decir, por las estrategias de producción en serie que permiten obtener innumerables objetos de idénticas características a bajo costo económico. La técnica, al ser reproductiva, es predictiva. En efecto, que algo se puede reproducir significa que se conoce el resultado de lo producido antes de iniciar el proceso de producción. Puede así darse una definición del término “técnica”: la técnica es el conjunto de procedimientos normalizados que permiten la manipulación, el tratamiento y control de un material para obtener un resultado previsto. En la manipulación que la industria hace de las obras de arte Adorno observa la estandarización de las producciones culturales y el surgimiento de eventos destinados a “llenar” el tiempo libre de los individuos de una sociedad en la sociedad de masas.[1]

 

Esto lleva a considerar un análisis de la industria. En este sentido, la industria es la actividad que produce los bienes necesarios para la vida de un determinado grupo humano (cabe un posterior análisis detallado de lo que puede considerarse como “bienes necesarios“). A través de la historia la industria ha evolucionado, lo cual puede mostrarse en un esquema simplificado como sigue: 1.Selección de especies animales, operada durante la Antigüedad y cuyo resultado es la agricultura y la ganadería; 2.Artesanía, también iniciada en la Antigüedad, pero desarrollada en la Edad Media a partir de la formación de los gremios, lo cual resulta en una industria incipiente. Se observa ya la división del trabajo. El artesano provee el capital y el trabajo; 3.Inicios del siglo XVIII, durante el cual se observa una artesanía desarrollada; 4.Revolución industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII, en Inglaterra, oportunidad en la que James Watt inventa la máquina de vapor; 5.Siglo XIX, donde se da el desarrollo de la metalurgia. [2]

 

Este desarrollo histórico permite definir un conjunto de características que identifican la actividad industrial en general a partid del siglo XX: 1.El crecimiento desmesurado de las plantas industriales; 2.La especialización del campo de actividades; 3.La estandarización de los productos; 4.Extrema división del trabajo.[3] En este contexto, el concepto de montaje y el control de los tiempos de producción son factores fundamentales del proceso industrial.



[1] Dialéctica de la Ilustración, p. 166 y 187.
[2] Organización y control industrial, p. 15 y ss.
[3] Op. cit., p. 17.