martes, 30 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
Faltan 56 días para la reapertura del Teatro Colón
© Mauricio Rinaldi (texto) – Aldo Sessa (fotografía)
Pocos días atrás las autoridades de la ciudad de Buenos Aires anunciaron que la reapertura del Teatro Colón se llevará a cabo el día 24 de mayo (y no el 25 como estaba previsto), con el fin de no superponer la reinauguración de esta casa lírica con los festejos del bicentenario argentino. Este inesperado cambio en la agenda coincide con la profundización del problema del personal trasladado al haberse conocido en la misma semana novedades respecto de las secciones escenotécnicas disueltas. En este sentido, la lista de personas involucradas en este grave problema fue dividida en dos partes: la de las personas que regresarán al teatro y la de las personas que pasarán al RAD. Pero, ¿qué es el RAD?; es el Registro de Agentes en Disponibilidad. Según lo informaron representantes gremiales del Colón, se trata de una dependencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a la cual son destinados sus empleados para ser reubicados en otros puestos municipales. Pero, también según estos representantes gremiales, esta reubicación no es gestionada por el RAD, sino que deben hacerla los mismos agentes trasladados, los que quedarán cesantes si no logran ser aceptados en otro lugar de la municipalidad en un tiempo determinado.
El proceso de reestructuración que está sufriendo el Teatro Colón respecto de su personal evidencia así desprolijidades y falta de trato humano en la gestión de un asunto que siempre resulta sumamente delicado en cualquier ámbito laboral: la reestructuración. En medios periodísticos y en la misma opinión pública, el problema de la cantidad de personas necesarias para hacer funcionar el Colón ha sido frecuentemente generador de acalorados debates. ¿Cuántas personas son necesarias para que el Teatro Colón pueda ofrecer sus temporadas?, ¿son las 1300 que tuvo hasta su cierre en 2007?, ¿son las 808 que propuso el maestro Pedro Pablo García Caffi al asumir la dirección del teatro en 2008?, ¿deben ser más de 1300 o pueden ser menos de 808 personas? Estas preguntas no pueden ser respondidas por sí solas como si se tratara del desciframiento de un número mágico. El número de personas necesarias que hace funcionar al Teatro Colón debe determinarse a partir de un modelo de teatro, planteo que muchas veces fue presentado en asambleas gremiales y tratativas con autoridades oficiales. Sin embargo, nunca se supo cuál era ese modelo de teatro. ¿Será que no interesa resolver este asunto?
Al hablar de reestructuración el tema de concursos y/o reconcursos suele causar rechazos irracionales por parte de los empleados del teatro. Hay quienes se preguntan por qué deberían reconcursar su puesto luego de tantos años en él. Sin embargo, este pánico al concurso no es del todo irracional, sino que tiene su base en las demasiado frecuentes manipulaciones que dichos concursos han mostrado desde siempre; manipulaciones orientadas a promover el ingreso de quienes cuentan con el beneplácito de jefes, directores o autoridades de turno, y no de quienes demuestran la capacidad para un puesto. Es decir, es el miedo a perder un concurso por causa del clientelismo. A esto hay que agregar que la falta sistemática de formación profesional escenotécnica produce un entendible temor para enfrentar un interrogatorio cuyas respuestas no se sepan fundamentar (aunque se sepa realizar perfectamente la tarea para la que se concurse). Un teatro como el Colón debe apuntar a tener el mejor personal. Pero ya son conocidas las manipulaciones tales como preguntar qué es un clavo si un jurado quiere que alguien responda adecuadamente, o preguntar cómo se distribuye la carga en una vara de 6 cuerdas cuando se le cuelga un telón de 300kg si dicho jurado se empecina en que alguien no gane el puesto. Ahora que los rumores sobre futuros concursos en el nuevo Ente Autárquico Teatro Colón dibujan un borroso fantasma sobre el fondo desconocido, cabe preguntar si, de realizarse concursos, éstos no presentarán las viejas maniobras dentro del nuevo molde administrativo.
En innegable que los concursos son la manera más adecuada de acceder a un cargo. Con ellos se garantiza que las diferencias profesionales sean legitimadas y reconocidas, estableciendo una armonía en el ecosistema laboral. Pero estos concursos deben desarrollarse con transparencia. ¿Cómo hacer entonces? Una posible repuesta: presentar un interrogatorio al que todos los postulantes deban responder por escrito exactamente las mismas preguntas, y donde cada miembro del jurado deba expedirse por escrito respecto cada uno de los concursantes fundamentando su aceptación o rechazo. Tanto las respuestas de los concursantes como las decisiones del jurado serán publicadas y estarán disponibles para cualquiera que lo solicite. De este modo, toda la información estará disponible ante posibles dudas: qué se preguntó, cómo se respondió y cómo se evaluó. La única manera para que instrumento suene bien es afinar todas las cuerdas con la misma referencia.
[+ info en www.teatrocolon.gov.ar
y en www.habituesdelteatrocolon.wordpress.com ]
martes, 23 de marzo de 2010
USITT EXPO AND STAGE CONFERENCE 2010
© Mauricio Rinaldi (texto)
El Instituto de Tecnología Teatral de Estados Unidos, USITT (United States Institute for Theatre Technology) realizará su feria y congreso anual en Kansas, Estados Unidos, entre el 31 de marzo y el 3 de abril de este año. Como todos los años, los más importantes fabricantes y distribuidores presentarán sus novedades en relación con la tecnología escénica, contando también con la presencia de empresas de servicios escenotécnicos. Paralelamente a la feria, se desarrollará el congreso técnico en el que tanto empresas como profesionales independientes expondrán trabajos sobre diversos aspectos de esta área del espectáculo.
Cabe destacar que el USITT cumple 50 años de trayectoria en 2010, por lo que se espera una edición más destacada que en años anteriores.
[+ info en www.usitt.org ]
sábado, 20 de marzo de 2010
Bibliografía sobre iluminación escénica
© Mauricio Rinaldi (texto e imagen)
Tal como se presenta el abanico de posibilidades sobre cursos y carreras de iluminación escénica, se observan dos aspectos: la reducida oferta de planes y programas de formación, y un hecho práctico que impide capacitarse a muchos profesionales del medio: el elevado costo de algunos de estos cursos o carreras (además de que no todas presentan el mismo nivel académico y pedagógico) y el hecho de que muchos profesionales trabajan con modalidades que no les deja tiempo para estudiar (por ejemplo, aquellos que trabajan en giras). En este sentido, una posibilidad para profundizar conocimientos es la lectura de publicaciones sobre el tema. Sin embargo, esto que parece tan simple tiene una dificultad: la escasa bibliografía específica. En efecto, no son muchas las publicaciones sobre iluminación escénica en idiomas latinos. Hasta donde llega mi conocimiento, al mes de julio de 2009 hay tres publicaciones en España, dos en Portugal, una en Italia, cuatro en Francia, cinco en Argentina y una en Brasil. Por otra parte, hay un considerable número de publicaciones en lenguas anglosajonas, especialmente en inglés, provenientes de Inglaterra, Estados Unidos, Australia, y unas pocas de Alemania, éstas últimas en alemán. Esta situación obliga al iluminador a un rastreo, que puede ser fácil de realizar mediante Internet, pero que será de muy poca utilidad si dicho iluminador no complementa su formación con el estudio de otro idioma. Así, el estudio de idiomas es fundamental para el acceso a la información específica, recomendándose en primer lugar el inglés.
Por otra parte, hay publicaciones periódicas como revistas o boletines. En este sentido, pueden recomendarse especialmente Escenotecnic, revista editada en España, y Lighting Dimensions, revista de Estados Unidos. En Argentina se dispone de la revista Tecnoprofile (su primer nombre fue Tecnopolitan), donde se accede a información y novedades sobre iluminación y sonido para el espectáculo.
Por último, no deben dejarse de leer libros sobre escenografía en los cuales son relativamente frecuentes las referencias, los comentarios o, incluso, capítulos enteros dedicados a la iluminación escénica.
La lectura de publicaciones no es sólo el medio de acceder a la información específica sobre iluminación escénica, sino que también es el modo de alcanzar la formación complementaria para esta profesión. En efecto, el diseñador de iluminación escénica debe conocer no sólo todo lo referido a la tecnología de la iluminación, sino que también debe dominar un panorama general de la historia del arte y del espectáculo, como así también conocer los procesos y metodologías de diseño en general, aspectos que muy pocas veces se desarrollan metódicamente en los cursos y libros de iluminación. Se recomienda, por ello, la lectura de obras referidas a la historia del arte y a los métodos de diseño. Una actividad de diseño como es la iluminación implica una disciplina de permanente y sistemática formación.
[+ info en: www.esteticadelaluz.com.ar ]
martes, 16 de marzo de 2010
Faltan 70 días para la reapertura del Teatro Colón
© Mauricio Rinaldi (texto y fotografía)
El cierre del edificio del Teatro Colón a fines de 2007 pone en evidencia que la cohesión y unidad de su personal es una ilusión. Es como si el hecho de estar reunidos dentro de un mismo espacio produjera el sentimiento de que somos “compañeros”, término que, lamentablemente, ha sido degradado o mal empleado por numerosísimos discursos gremiales y políticos. Por ello, prefiero siempre hablar de mis colegas.
Durante 2008 y 2009 el Teatro Colón ha ofrecido sus temporadas en diferentes salas de la ciudad de Buenos Aires en las que el personal del Colón se presentaba en forma parcial. En efecto, mientras un grupo preparaba un espectáculo en una de esas salas, otro grupo montaba otro título en otra sala. De esta manera, hemos dejado de ver a colegas por varias semanas y, en algunos casos, por meses, al no coincidir en los grupos de trabajo. Esta situación se verifica en todos los órdenes: entre los integrantes de una misma sección escenotécnica, entre secciones escenotécnicas diferentes, y entre secciones escenotécnicas y cuerpos artísticos. Dentro de este contexto, las órdenes se reciben por correo electrónico o por teléfono, ya que no se dispone de los espacios adecuados para el personal. Pero, fuera de estas comunicaciones formales (y, en cierto modo, vacías) no hay comunicación entre nosotros. En rigor, hay contacto, pero no comunicación.
La comunicación implica un interés por la información que se recibe respecto del otro. Y la unidad de un conjunto social se da con solidez cuando cada individuo se interesa por lo fundamental, más allá de lo inmediato, es decir, cuando se tienen visiones globales de la propia situación. Este no es, creo, nuestro caso, ya que mi percepción indica que la gran mayoría sólo se preocupa por lo inmediato (por ejemplo, a qué hora y a qué lugar debo ir mañana, si se cobrará el último aumento, etc.). No se puede negar que hay situaciones inmediatas que requieren urgente solución, como los 248 colegas de los diferentes cuerpos del teatro que han sido transferidos al Instituto Superior de la Carrera Municipal desde hace un año, lo cual ha desatado un fuerte enfrentamiento legal entre ese grupo de personas y las autoridades del teatro. Sin embargo, sólo unos pocos de esa lista nefasta participan en las gestiones que se están llevando a cabo al respecto; el resto pregunta por los avances pero sin aparente interés, y el personal que tuvo la fortuna de no haber sido afectado por ese decreto sólo pregunta como quien quiere saber el estado meteorológico de mañana.
Es verdad que tenemos diferentes problemas y cada situación es diferente de otra, pero debe haber algo en común, un conjunto de valores que, aunque se me tilde de anticuado, es lo que da unidad a la sociedad. Esto me lleva a una vieja idea de la cual estoy convencido: no tenemos entidad porque no tenemos identidad. Y esa identidad hay que construirla y mantenerla. Hace tiempo propuse organizar actividades de formación y actualización profesional escenotécnica, ya sea mediante la creación de carreras o, menos ambicioso, el desarrollo de cursos, ya que es una de las mejores maneras de crear y de defender nuestra identidad escenotécnica. Al respecto, he recibido críticas ( a veces muy duras) y, en el mejor de los casos una respuesta cliché: “no es el momento”. ¿Quién puede saber cuál es el momento para hacer algo? Si nunca hemos intentado algo como lo que propongo, ¿cómo puede alguien saber que no es el momento o que fracasará? Pero, lo peor es ¿por qué se impide (nos impedimos) la posibilidad de hacer algo positivo? Invito a pensar en esto: limitar lo bueno impide el progreso.
[+ info en www.teatrocolon.gov.ar
y en www.habituesdelteatrocolon.wordpress.com ]
domingo, 14 de marzo de 2010
Jornada de Iluminación Paisajística
Estudio ARS LUX dictará la Jornada de Iluminación Pasajística el próximo sábado 20 de marzo de 10 a 17, en la sede de Chile 1348, 1° D, Buenos Aires. Dicha Jornada estará a cargo del Téc. Dis. Leonardo Espeche y tendrá carácter teórico-práctica. Se entregará certificado de asistencia.
Informes: 4361 9117 o 15-5491 7358
Informes: 4361 9117 o 15-5491 7358
+ info en http://www.arslux.com.ar/
jueves, 11 de marzo de 2010
La lámpara de Royal Strickland
© Mauricio Rinaldi (texto)
Imagen: patente de la S-1 Sunlamp.
En la historia de la iluminación cabe recordar a Royal F. Strickland (1883-1947), nacido en North Eaton, Ohio, Estados Unidos. Este ingeniero se graduó en 1908 en la Case School of Applied Science de Cleveland y desarrolló su carrera profesional entre la National Electric Lamp Association y la General Electric, dedicándose principalmente al desarrollo de lámparas. En este sentido, una de sus invenciones es la S-1 Sunlamp, una lámpara que combina el filamento de tungsteno con el arco de mercurio. Esta lámpara es especialmente rica en radiaciones actínicas y ultravioletas. Originalmente, Strickland pensó este dispositivo como una lámpara de encendido instantáneo alrededor de 1925, pero la falta de un vidrio que permitiera la transmisión de rayos ultravioletas no hizo posible la implementación de la lámpara sino hasta 1929 cuando se patentó un vidrio para tal fin.
sábado, 6 de marzo de 2010
Faltan 80 días para la reapertura del Teatro Colón
© Mauricio Rinaldi (texto y fotografía)
El personal del Teatro Colón ha regresado de sus vacaciones hace una semana y ha sido citado para presentarse en el Centro Municipal de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires, detrás de la Facultad de Derecho, ese inmenso galpón en el cual se ha arrumbado hace ya un año el material y el equipamiento escénicos del teatro (y también su personal). En este espacio nos hemos encontrado con mis colegas escenotécnicos, en particular con los de la sección Luminotecnia, a la que pertenezco. Así, el primer día de trabajo nos han puesto al tanto de las novedades para el 2010, entre las que conocimos detalles sobre el nuevo sistema de iluminación escénica que estaría contemplado en las obras de remodelación: se contará con una consola de control de iluminación escénica Grand MA (modelo full), se aumentará la cantidad de dimmers a 800 (casi como las 808 personas a las que se pretende reducir el plantel del Colón), se reemplazarán las luminarias por otras nuevas (de ETC o de Selecon, aún no se sabe), se incorporarán nuevas luminarias robóticas (casi con seguridad de Vari Lite), se tendrán luminarias panorámicas de LED (de ABD), se cambiarán las varas de luces, y otros detalles de sofisticada tecnología. Sin embargo, nada de esto ha sido instalado aún; pero lo más grave es que el viejo sistema de iluminación ya ha sido desmontado, por lo que el escenario del Teatro Colón no dispone hoy de ningún sistema de iluminación escénica (ni viejo ni nuevo).
El sábado pasado se informó en medios periodísticos que en abril las orquestas del Colón podrán ensayar en el edificio. Sin embargo, por comentarios que he recibido de algunos colegas que han ingresado al teatro, para la reapertura del 25 de mayo sólo estarán terminadas las zonas del foyer, la sala, el escenario y los pasillos del primer piso a los laterales del escenario; es decir, el Teatro Colón reabrirá sus puertas con una operatividad mínima. Me pregunto dónde ensayarán los artistas si el resto del edificio está inhabitable; tal vez en el escenario; pero ¿cómo se administrarán los tiempos de escenario para poder ensayar y también realizar el montaje de La Boheme pucciniana en tan sólo un mes? Por medios oficiales se ha informado públicamente que hay 1.000 personas trabajando a tiempo completo dentro del teatro. Sin embargo, en los últimos 15 días he pasado dos veces por la Avenida 9 de Julio en horas de la noche y por las abiertas ventanas del Colón se ve la luz de unos escuálidos tubos fluorescentes que más parecen luz de guardia que de trabajo, la grúa que se yergue en la calle Cerrito está inactiva y el obrador del pasaje Toscanini está totalmente oscuro. En resumen, al parecer no hay trabajos a tiempo completo. ¿Cómo se llega al 25 de mayo?
[+ info en www.teatrocolon.gov.ar
y en www.habituesdelteatrocolon.wordpress.com ]
jueves, 4 de marzo de 2010
Control de la iluminación. Tecnología y aplicaciones, libro de Robert S. Simpson
© Mauricio Rinaldi (texto)
Este libro, originalmente escrito en inglés (Lighting Control Technology and Apllications) y traducido al español por la Escuela de Cine y Video de Andoain, España, es una excelente obra de tecnología de la iluminación aplicada al espectáculo en sus diversas modalidades, la arquitectura y los eventos deportivos. El detalle de las explicaciones permite comprender los fundamentos técnicos de los diferentes dispositivos utilizados en iluminación como las lámparas, los dimmers, las consolas, etc. No obstante su orientación a la industria del entretenimiento, el texto incluye temas como la gestión de la energía, el cuidado de la salud y principios de domótica. El libro se compone de 17 capítulos ordenados en 5 partes. Parte 1: electricidad y luz; Parte 2: lámparas; Parte 3: componentes de iluminación; Parte 4: dimmers y sistemas de control; Parte 5: aplicaciones.
SIMPSON, ROBERT S., Control de la Iluminación. Tecnología y aplicaciones, traducción y edición de la Escuela de Cine y Video de Anodain, Andoain, edición en inglés 2003. (ISBN: 84 933445 3 2, 563 páginas, 792 figuras)
Este libro, originalmente escrito en inglés (Lighting Control Technology and Apllications) y traducido al español por la Escuela de Cine y Video de Andoain, España, es una excelente obra de tecnología de la iluminación aplicada al espectáculo en sus diversas modalidades, la arquitectura y los eventos deportivos. El detalle de las explicaciones permite comprender los fundamentos técnicos de los diferentes dispositivos utilizados en iluminación como las lámparas, los dimmers, las consolas, etc. No obstante su orientación a la industria del entretenimiento, el texto incluye temas como la gestión de la energía, el cuidado de la salud y principios de domótica. El libro se compone de 17 capítulos ordenados en 5 partes. Parte 1: electricidad y luz; Parte 2: lámparas; Parte 3: componentes de iluminación; Parte 4: dimmers y sistemas de control; Parte 5: aplicaciones.
SIMPSON, ROBERT S., Control de la Iluminación. Tecnología y aplicaciones, traducción y edición de la Escuela de Cine y Video de Anodain, Andoain, edición en inglés 2003. (ISBN: 84 933445 3 2, 563 páginas, 792 figuras)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)