La firma Chauvet Professional ha presentado un sistema para simular el
funcionamiento dinámico de las lámparas de filamento mediante fuentes LED. Como
sabemos, las lámparas de filamento incandescente varían su temperatura color al
ser reguladas por un dimmer. Al máximo de su potencia, el filamento nos dará su
temperatura color más fría, pero al regularla con un dimmer y bajar su
intensidad, la temperatura color será cada vez más cálida.
Con las fuentes de LED la respuesta de
temperatura color en relación con la variación de intensidad es constante, es
decir, el LED mantiene siempre los mismos grados Kelvin (°K) cualquiera sea la
intensidad a la que lo haga funcionar, y, en general, son temperatura altas
cercanas a los 5.000°K. Igual resultado se observa con las luminarias de
lámpara HMI: dado que esta lámpara no puede dimerizarse, su intensidad se
regula por medios ópticos (con un filtro de grises graduados), de modo que al
estar siempre a máximo, la temperatura color es constante (5.500°K)
Los desarrollos tecnológicos dejan
ver, en ocasiones, aspectos culturales. Esto es necesariamente así, ya que la
cultura como conjunto de hábitos y costumbres guiados por valores y
convicciones, hace que la tecnología sea utilizada en función de ese contexto
cultural. En nuestro caso, la respuesta del filamento en la relación
temperatura color/intensidad es algo a lo que la sociedad occidental ha estado
habituada desde la invención misma de la lámpara de filamento por parte de
Edison en 1883. Desde el primer momento fue posible regular la intensidad del
filamento mediante reóstatos o transformadores; hoy lo hacemos mediante
dimmers. Luego de 100 años de habituarnos a ver que la temperatura color se
tornaba más cálida a medida que la intensidad del filamento disminuía, el LED
vino a cambiar esta situación: ahora vemos una luz que mantiene su temperatura
color estable aún cuando disminuya su intensidad. En un primer momento esto se
valoró como una característica positiva, pero luego la herencia cultural hizo
sentir su carga nostálgica: queremos seguir viendo cómo el filamento se hace
más rojizo cuando su intensidad disminuye.
La línea de luminarias Ovation (representada
por la firma mencionada al comienzo) ha desarrollado un sistema para que las
fuentes LED y las lámparas HMI se comporten como filamentos de tungsteno. Aquí
no hay ningún invento tecnológico en sí, no hay nuevos elementos técnicos; el
desarrollo proviene de un cambio en la gestión del LED y de la HMI. Respecto
del LED, el blanco obtenido con mezcla aditiva RGB nos da una alta temperatura
color al máximo de su intensidad (5.500°K). Al disminuir su intensidad, un
programa hace que la disminución de azules y, se es necesario también de
verdes, sea más rápida que la de rojo, de modo que en la mezcla de blanco
prevalece lo cálido y la temperatura color se vuelve más cálida. Con esta
lógica, en una luminaria con lámpara HMI, el color se logra con filtros dicroicos
que interceptan el paso de la luz. Al disminuir la intensidad mediante la
función dimmer, un programa hace que la mezcla de filtros cambie su balance
para permitir un haz de luz más cálido. Como vemos, la innovación está dada por
el desarrollo de un algoritmo que calcula el tipo de blanco que debe producir
un LED o una HMI cuando están regulados a una determinada intensidad, de modo
que produzcan una temperatura color similar a la que debería producir el
filamento de tungsteno a igual regulación.
Más detalles de estas luminarias
pueden verse en el siguiente video: