Nota:
El siguiente artículo fue publicado el 17 de mayo de 2012 en el sitio web
citado al final.
Las bombillas de bajo consumo contienen sustancias químicas que pueden
causar cáncer. Los temores se han vuelto a levantar a raíz del estudio
publicado por un grupo de científicos en el que se advierte de que estas
bombillas tienen productos químicos que causan cáncer. Estos productos químicos
cancerígenos se liberan al encender las bombillas de bajo consumo.
El Informe advierte que estas
bombillas no se deben dejar encendidas durante períodos largos de tiempo, sobre
todo si se encuentran cerca de la cabeza de alguien, ya que emiten materiales
tóxicos al encenderlas. Peter Braun, que ha realizado pruebas en el Laboratorio
Alab de Berlín, dijo: “Ante
la presencia de estas sustancias cancerígenas, es importante que se mantengan
lo más lejos posibles del medio en el que se desenvuelve los seres humanos”.
Estos bulbos ya se utilizan
ampliamente en muchos países después de que la unión Europea aprobase una
directiva que eliminaba la iluminación incandescente tradicional. Sin embargo,
los científicos alemanes afirman que se liberan varios productos químicos
cancerígenos y tóxicos cuando se encienden las lámparas fluorescentes compactas
(LFC), encontrándose entre ellos el fenol, el naftaleno
y el estireno.
Andreas Kirchner, de la Federación de Ingenieros Alemanes, dijo que “se produce una contaminación en torno a estas lámparas. Yo, por tanto, las uso con poca frecuencia. No deben ser utilizadas en áreas sin ventilación y nunca si se encuentran cerca de la cabeza”.
Los expertos británicos dicen
que se necesita realizar más investigaciones y señalaron que los consumidores
no deben por ello sumirse en el pánico. La Dra. Michelle Bloor, profesora de
Ciencias Ambientales de la Universidad de Portsmouth, dijo al Dayly Express: “Deben llevarse a cabo otros
estudios independientes para respaldar las investigaciones del equipo alemán”.
El Departamento de Medio
Ambiente insiste en que estas bombillas son seguras, a pesar del hecho de que
contienen pequeñas cantidades de mercurio que se puede derramar si el vidrio se
rompe. En el sitio web se dice: “Las
bombillas de bajo consumo no suponen un peligro para las personas. A pesar de
que contienen 5 mg de mercurio por cada lámpara, no se libera si la lámpara se
mantiene intacta. En cualquier caso, tan pequeña cantidad presenta en una
bombilla es poco probable que cause daño, incluso si se rompe”. [Mercurio:
ficha internacional de seguridad química. En la ficha se dice: Límites
de exposición profesional (INSHT 2012): VLA-ED: 0,02 mg/m3 ].
Otro informe del profesor de
Biología Abraham Haim, de la Universidad de Haifa en Israel, señala que estos
bulbos pueden aumentar las tasas de cáncer de mama si se utilizan por la noche.
Dice que las lámparas fluorescentes compactas emiten una luz más azulada que la
luz de día, lo que altera la producción de la hormona melatonina por el cuerpo.
Las antiguas bombillas incandescentes emitían una luz amarilla, más parecida a
la natural.
La Asociación de Acción contra
la Migraña ha advertido que estas bombillas pueden desencadenar migrañas y los
dermatólogos han afirmado que su luz intensa pueda aumentar los problemas ya
existentes de piel.
[+ info en: http://www.telegraph.co.uk/health/8462626/Energy-saving-light-bulbs-contain-cancer-causing-chemicals.html
Y en
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