lunes, 15 de septiembre de 2014

La luz y el espacio escénico: los antecedentes de una poética lumínica (Parte IV)





 

Este trabajo ha sido presentado en el Primer Congreso Nacional de Escenografía, Universidad Nacional del Centro, Argentina, 2013. Publicado en la revista EscenaUno, Universidad Nacional del Centro, N° 1, junio de 2014.

 

Entre los precursores vanguardistas que se interesaron por la luz y el espacio podemos citar:

 

Loie Fuller (Illinois, Estado Unidos, 1862 – París, Francia, 1928). Formada como bailarina y coreógrafa, su interés se orienta al juego de la luz al incidir sobre los materiales. Para ello, crea un vestuario especial, a modo de grandes capas de seda o textiles muy livianos que manipula mediante varillas que permiten lograr movimientos de amplias superficie de tela. Sus investigaciones pueden diferenciarse en cuatro etapas: interés por las formas naturales (flores y plantas); trabajo sobre los elementos (agua, fuego); observación de las estrellas y de los fenómenos naturales (nubes, tempestades, caída de nieve); creación de imágenes abstractas. Frecuentemente se presentaba sola en escena y, mayormente, con cámara negra. También se presenta al aire libre para experimentar con la luz del sol o de la luna. Además, experimenta con sombras y crea métodos para realizar mascarillas y pintar vidrios para proyecciones. Para sus espectáculos estudia la ubicación de las fuentes de luz, utilizando luces suspendidas (frontales, laterales, contraluces) y nadirales (desde abajo). Para estas últimas diseña pisos especiales con perforaciones o superficies translúcidas. Probablemente fue la primera en experimentar pigmentos de colores luminiscentes con luz negra.

 

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