lunes, 5 de enero de 2015

La luz y el espacio escénico: los antecedentes de una poética lumínica (Parte VII)


Boceto escenográfico de Gordon Craig



 

Este trabajo ha sido presentado en el Primer Congreso Nacional de Escenografía, Universidad Nacional del Centro, Argentina, 2013. Publicado en la revista EscenaUno, Universidad Nacional del Centro, N° 1, junio de 2014.

 

Edward Gordon Craig (Harpenden, Gran Bretaña, 1872 – Vence, Francia, 1966). Niega el naturalismo y la escenografía pintada, proponiendo la organización plástica y el uso simbólico del espacio mediante la abstracción. En este sentido, la escenografía no es ambientación sino drama en sí misma.

Su propuesta de paneles planos (screens) que pueden moverse tanto vertical como horizontalmente, permite la transformación plástica del espacio ante la vista del espectador. Esto implica la redefinición del rol de las fuentes de luces en el sentido de que éstas deben estar ubicadas en función de las necesidades de cada puesta en escena (y no de modo fijo como en la tradición), privilegiando la luz cenital (que se contrapone a la luz de candilejas al uso en la época). Postula, además, el uso de luces blandas para lograr esfumados en combinación con la regulación de la intensidad de las fuentes de luz.

La evocación de espacios infinitos viene dada por dos caminos posibles: fondo negro o fondo luminoso. La luz es para Gordon Craig una sustancia cromática y energética en interacción con el actor y los volúmenes escenográficos, por lo cual la luz debe ser diferenciada y claroscurada. El uso de la luz “… es estudiado desde el actor mismo, que observará cómo la luz recita su difícil parte en la realidad de la vida. La observará, se dará cuenta que la iluminación escénica puede ser el mejor amigo de su trabajo”. La escenografía tiene el mismo valor que la luz, por lo que ambas interactúan en movimiento armónico: “La escena y la luz son similares a dos actores o a dos cantantes en perfecto acuerdo entre ellos.”

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