lunes, 17 de mayo de 2010

Faltan 7 días para la reapertura del Teatro Colón


© Mauricio Rinaldi (texto). Imagen: los arquitectos Tamburini, Meano y Dromal.

Luego de 2 años y cuatro meses he podido ingresar nuevamente en el Teatro Colón. En efecto, el pasado martes 11 de mayo pude ver por dentro un edificio en el cual no había entrado desde hacía largo tiempo. La sensación fue contradictoria. Por un lado, no se puede negar la excelente obra de restauración de la sala, la cual parece no haber cambiado nada desde que el teatro cerrara sus puertas a fines de 2007, pero que, observada en detalle, tiene un trabajo de conservación aparentemente perfecto: se han retocado pinturas y dorados de paredes y molduras, se han recuperado herrajes, se han cambiado tapicerías, se han limpiado mármoles y venecitas, y se han reconstruido los palcos baignoire (aquellos a nivel del piso de la sala, antiguamente utilizado por familias que estaban de luto). Todo esto puede verse también en el foyer y en salón dorado. Además, se han implementado sistemas de seguridad modernos, como por ejemplo, aquel que abre automáticamente los cortinados que cierran las entradas a la sala desde los corredores del público en caso de tener que desalojar rápidamente a los espectadores. También tiene buen aspecto lo realizado en los subsuelos: una sala de ensayo de primerísima línea que se ha instalado en el antes taller de realización escenográfica “Saulo Benavente”, un montacargas que permite el descenso de un camión desde la calle Cerrito para el ingreso de escenografías y materiales de producción desde el exterior, y la remodelación de diversas dependencias. Como detalle adicional, un riel el techo permite el desplazamiento de un guinche mediante el cual se puede trasladar fácilmente elementos escenográficos u otros equipamientos desde el camión que desciende al subsuelo hasta el montacargas ubicado que llega al escenario.

Pero, por otro lado, aún está trabajando en el teatro el personal de la obra, lo cual se debe a que hay aún grandes sectores del Colón que no están terminados y se encuentran en estado de obra, como el ala Viamonte de subsuelos, los camarines y los talleres de producción escenotécnica, es decir, las áreas operativas del teatro, aquellas que deberían estar necesariamente en buenas condiciones de uso si se pretende un buen funcionamiento desde el punto de vista teatral. Esto produce una situación de desorden y desorganización, ya que al no estar terminada la obra de remodelación, el personal del Colón debe convivir con el personal del Master Plan llevando a cabo cada uno tareas que no siempre son compatibles. En efecto, el personal del Colón debe trabajar en un ambiente permanentemente lleno de povlvillo (no obstante el ejército de empleados de limpieza que todo el tiempo están limpiando hasta el último rincón), y sin lugares fijos ni determinados para dejar sus cosas (apenas un baño-vestuario muy bien terminado pero totalmente vacío). Cada operación del escenario que implique el movimiento de las estructuras escénicas fijas (como el puente de embocadura o el montacargas) debe realizarse mediante el personal del Master Plan, los ascensores de todo el teatro son puestos frecuentemente fuera de servicio para tareas técnicas del Master Plan obligando al personal del Colón a subir y bajar escaleras desde el tercer subsuelo hasta el paraíso de la sala (10 pisos). Como si esto no bastara, el personal del Master Plan está permanentemente haciendo observaciones al personal del Colón para que no toque las paredes, no pise alfombrados, no roce estucos, no utilice ascensores. Es lógico pensar que el Master Plan se sienta invadido por el propio Colón. Lo que no es lógico es que el personal del Colón esté trabajando en un lugar que no tiene las condiciones de habilitación necesarias ya que el Master Plan necesita, según muchos, aún dos años para finalizar lo que resta del teatro. Me pregunto qué dirían hoy Tamburini, Meano y Dormal (los arquitectos que diseñaron el Teatro Colón) si pudieran ver lo que está ocurriendo. Habría que explicarles que los tiempos de la política (y los de la cultura) no siempre coinciden con los de la ciudadanía.

[+ info en www.teatrocolon.gov.ar
y en www.habituesdelteatrocolon.wordpress.com ]

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