© Mauricio Rinaldi
Como sabemos, las tabletas son un tipo de dispositivo informático que, entre otras cosas, nos permiten interactuar con textos y documentos de lectura en general. En este sentido, en el ámbito de la escenotecnia se ha realizado recientemente la primera presentación en público de una nueva aplicación de esta herramienta. Se trata de la sustitución de las partituras musicales que utilizan los músicos de una orquesta sinfónica por tabletas en las que pueden leer la música que deben ejecutar.
El hecho tuvo lugar la semana pasada cuando la Orquesta Filarmónica de Bruselas ofreció al público un concierto en la sala Flagey ubicada en el barrio bruselense de Ixelles) en el cual la música podía leerse en tabletas ubicadas en los atriles de los músicos. Como acto simbólico, antes de comenzar el concierto los músicos arrojaron por el aire las partituras impresas en papel, acontecimiento que ubica a esta orquesta como la primera en utilizar esta tecnología en su trabajo. En una entrevista realizada por el periódico Le Soir el director de la orquesta, Gunter Broucke, declaró que “Hay que situarse en el centro de la vida social, cultural y económica. Con todo el potencial de la interactividad que nos ofrece la esfera digital”. En efecto, al entrevistar a algunos integrantes de la orquesta, éstos dieron detalles sobre lo que implica el trabajo de preparación de un concierto, como por ejemplo, el hecho de que el director hace acotaciones según su interpretación de la música, las cuales se anotan con lápiz durante los ensayos y, en ocasiones deben reescribirse fragmentos que deben pegan a modo de collage sobre las partituras (lo que es realizado por el copista de la orquesta); el uso de tabletas permitiría efectuar estas correcciones más rápidamente ahorrando, además, la gran cantidad de fotocopias que esto implica. Algunos músicos confesaron que se sintieron un poco desconcertados al tener que adaptarse a las tabletas en lo que respecta a la vuelta de página; una sugerencia fue que podía haber un pulsador para esta operación, o incluso, que el sistema pueda reconocer la música que se está ejecutando y pasar automáticamente la página en el momento correspondiente, pero para ello deberá esperarse. Por el momento, la orquesta se encuentra en fase de prueba respecto de la funcionalidad de las tabletas. Sin embargo, ya se prevé un ahorro de 25.000 dólares anuales en los costos de la orquesta a partir de esta innovación para la cual se confió en la compañía Samsung.
Respecto del teatro, pienso que deberá también evaluarse el uso de las tabletas en el foso de orquesta en espectáculos como la ópera o el ballet. Sabemos que, tradicionalmente los atriles de los músicos tienen montada una pequeña luminaria para iluminar sus partituras, lo cual produce un resplandor que siempre se observa delante del escenario que todo iluminador desearía anular, ya que influye desfavorablemente en el trabajo visual de la escena. Creo que la tableta permitiría ajustar la luminosidad de la pantalla buscando el equilibrio entre las necesidades de lectura de los músicos y la menor incidencia negativa en el escenario. Otro desafío para la tecnología teatral.
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