© Mauricio Rinaldi
La firma Chauvet Professional ha
presentado un sistema para simular el funcionamiento dinámico de las lámparas
de filamento mediante fuentes LED. Como sabemos, las lámparas de filamento
incandescente varían su temperatura color al ser reguladas por un dimmer. Al
máximo de su potencia, el filamento nos dará su temperatura color más fría,
pero al regularla con un dimmer y bajar su intensidad, la temperatura color
será cada vez más cálida.
Con las fuentes de LED la respuesta de temperatura color en relación con la variación de intensidad es constante, es decir, el LED mantiene siempre los mismos grados Kelvin (°K) cualquiera sea la intensidad a la que lo haga funcionar, y, en general, son temperatura altas cercanas a los 5.000°K. Igual resultado se observa con las luminarias de lámpara HMI: dado que esta lámpara no puede dimerizarse, su intensidad se regula por medios ópticos (con un filtro de grises graduados), de modo que al estar siempre a máximo, la temperatura color es constante (5.500°K)
Los desarrollos tecnológicos dejan ver, en ocasiones, aspectos culturales. Esto es necesariamente así, ya que la cultura como conjunto de hábitos y costumbres guiados por valores y convicciones, hace que la tecnología sea utilizada en función de ese contexto cultural. En nuestro caso, la respuesta del filamento en la relación temperatura color/intensidad es algo a lo que la sociedad occidental ha estado habituada desde la invención misma de la lámpara de filamento por parte de Edison en 1883. Desde el primer momento fue posible regular la intensidad del filamento mediante reóstatos o transformadores; hoy lo hacemos mediante dimmers. Luego de 100 años de habituarnos a ver que la temperatura color se tornaba más cálida a medida que la intensidad del filamento disminuía, el LED vino a cambiar esta situación: ahora vemos una luz que mantiene su temperatura color estable aún cuando disminuya su intensidad. En un primer momento esto se valoró como una característica positiva, pero luego la herencia cultural hizo sentir su carga nostálgica: queremos seguir viendo cómo el filamento se hace más rojizo cuando su intensidad disminuye.
La línea de luminarias Ovation (representada por la firma mencionada al comienzo) ha desarrollado un sistema para que las fuentes LED y las lámparas HMI se comporten como filamentos de tungsteno. Aquí no hay ningún invento tecnológico en sí, no hay nuevos elementos técnicos; el desarrollo proviene de un cambio en la gestión del LED y de la HMI. Respecto del LED, el blanco obtenido con mezcla aditiva RGB nos da una alta temperatura color al máximo de su intensidad (5.500°K). Al disminuir su intensidad, un programa hace que la disminución de azules y, se es necesario también de verdes, sea más rápida que la de rojo, de modo que en la mezcla de blanco prevalece lo cálido y la temperatura color se vuelve más cálida. Con esta lógica, en una luminaria con lámpara HMI, el color se logra con filtros dicroicos que interceptan el paso de la luz. Al disminuir la intensidad mediante la función dimmer, un programa hace que la mezcla de filtros cambie su balance para permitir un haz de luz más cálido. Como vemos, la innovación está dada por el desarrollo de un algoritmo que calcula el tipo de blanco que debe producir un LED o una HMI cuando están regulados a una determinada intensidad, de modo que produzcan una temperatura color similar a la que debería producir el filamento de tungsteno a igual regulación.
Más detalles de estas luminarias
pueden verse en el siguiente video:
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