© Leonardo Espeche (texto)
Pasan los siglos y la luz no deja de sorprendernos con sus misterios, desde allí empiezo estas palabras, un misterio que se hace realidad con sus virtudes, que nos brota de la experiencia cuando nos dejamos llevar por su encanto. La luz con su pureza en colores vivos, que dan la entrada a una nueva tecnología o quizás no tanto, pero que abre un paradigma de nuevos desafíos en la luminotecnia.
Esa tecnología es el LED (Light-Emitting Diode). No quiero ahondar en detalles técnicos, sino plasmar mi impresión como profesional del área. Una tecnología que tiene su propio color, un mundo diferente en cada color, reemplazando al filtro, o gelatina, donde la fuente emite toda su energía en ese color (monocromático) o en diferentes matices de blancos, cálidos, neutros, y fríos (temperatura de color). Una tecnología diferente y única, un simple semiconductor, que por producto de una corriente y de una interacción de sus componentes químicos produce energía en el rango visible, luz. Esta luz todavía promete mucho a nivel tecnológico, tecnología que ella misma desafía con sus atributos, donde ya en diferentes áreas se viste de reina (carteles luminosos, semáforos, etc.).
Todavía está lejos de ser una luz de largo alcance y potencia, pero con un inteligente desarrollo y crecimiento tecnológico no caben dudas de que puede llegar a serlo y poder ocupar la cúspide de la luminotecnia. Con una vida útil prometedora pero un poco engañosa, porque no depende sólo del LED mismo, sino de otros factores para su encendido (equipos auxiliares, fuentes electrónicas, con su vida útil respectiva).
Sólo quiero recalcar que la luz sigue siendo la misma y siempre debe haber la intención de disfrutarla, pero esta nueva tecnología, nos facilita su esplendor con más comodidad, apreciándola por más tiempo por su vida útil, tratando en lo posible de proteger nuestro medio ambiente. La luz del conocimiento es la raíz para seguir construyendo un mundo mejor, protegiendo el medio ambiente, usando tecnologías eficientes y con virtudes que mejoren nuestra calidad de vida.
Me despido con una frase del escritor alemán Goethe: “¡más luz, más luz; el mundo necesita más luz!”.
[+ info en: http://www.ledsensation.info/ – http://www.arslux.com.ar/ ]
Pasan los siglos y la luz no deja de sorprendernos con sus misterios, desde allí empiezo estas palabras, un misterio que se hace realidad con sus virtudes, que nos brota de la experiencia cuando nos dejamos llevar por su encanto. La luz con su pureza en colores vivos, que dan la entrada a una nueva tecnología o quizás no tanto, pero que abre un paradigma de nuevos desafíos en la luminotecnia.
Esa tecnología es el LED (Light-Emitting Diode). No quiero ahondar en detalles técnicos, sino plasmar mi impresión como profesional del área. Una tecnología que tiene su propio color, un mundo diferente en cada color, reemplazando al filtro, o gelatina, donde la fuente emite toda su energía en ese color (monocromático) o en diferentes matices de blancos, cálidos, neutros, y fríos (temperatura de color). Una tecnología diferente y única, un simple semiconductor, que por producto de una corriente y de una interacción de sus componentes químicos produce energía en el rango visible, luz. Esta luz todavía promete mucho a nivel tecnológico, tecnología que ella misma desafía con sus atributos, donde ya en diferentes áreas se viste de reina (carteles luminosos, semáforos, etc.).
Todavía está lejos de ser una luz de largo alcance y potencia, pero con un inteligente desarrollo y crecimiento tecnológico no caben dudas de que puede llegar a serlo y poder ocupar la cúspide de la luminotecnia. Con una vida útil prometedora pero un poco engañosa, porque no depende sólo del LED mismo, sino de otros factores para su encendido (equipos auxiliares, fuentes electrónicas, con su vida útil respectiva).
Sólo quiero recalcar que la luz sigue siendo la misma y siempre debe haber la intención de disfrutarla, pero esta nueva tecnología, nos facilita su esplendor con más comodidad, apreciándola por más tiempo por su vida útil, tratando en lo posible de proteger nuestro medio ambiente. La luz del conocimiento es la raíz para seguir construyendo un mundo mejor, protegiendo el medio ambiente, usando tecnologías eficientes y con virtudes que mejoren nuestra calidad de vida.
Me despido con una frase del escritor alemán Goethe: “¡más luz, más luz; el mundo necesita más luz!”.
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