sábado, 17 de julio de 2010

50 años del láser: un invento que cambió nuestra vida*


© Dr. Gabriel M. Bilmes
Investigador del Centro de Investigaciones Opticas (CONICET-CIC)
Profesor de la Universidad Nacional de La Plata

*(Nota publicada en Diario Hoy, Argentina Actual y Agencia NOVA)


El 16 de mayo se cumplen 50 años de la invención del primer láser concebido por Theodore Maiman, en los laboratorios de la compañía Hughes, en California, EEUU. Casi 50 años antes Albert Einstein había descubierto y establecido los principios físicos en que se basa: la emisión estimulada de radiación.

El láser es una fuente de luz monocromática, muy direccional, coherente, muy intensa y brillante. En estos últimos 50 años el láser se convirtió poco a poco en una parte integral de nuestras vidas, con miles de aplicaciones comerciales, medicas, militares y científicas. Al principio fue descrito por el propio Maiman como “una solución millonaria en busca de problemas“, y no se equivocó, aunque muchos pensaron que no dejaría nunca de ser una curiosidad científica.

Hoy es difícil pensar un aspecto de la vida moderna que no esté conectado con la tecnología láser. Los láseres han revolucionado las comunicaciones. Intenet, las computadoras de alta velocidad y el mundo de la información no serían posibles como los conocemos si no fuera por la combinación de láseres, fibras ópticas y otros dispositivos fotónicos. Los láseres están presentes en los CD, DVD y Blue Rays que utilizamos para almacenar y reproducir música, videos, datos e imágenes y en la tecnología con la que se producen estos equipos. En la fabricación de teléfonos celulares y hardware de computadoras, en monitores y sistemas de TV. Los láseres son empleados en cirugía, oftalmología, oncología, para análisis de la sangre, para la determinación del genoma humano, en dermatología, para depilación y en muchas otras aplicaciones médicas y biomédicas, mejorando la calidad de vida de muchas personas. Es difícil pensar en un campo científico-tecnológico donde no se utilice instrumentos o técnicas que emplean láseres. Los láseres, junto con las fibras ópticas, los LEDs, los cristales líquidos, los cristales fotónicos y muchos otros dispositivos, instrumentos y materiales forman parte de un área del conocimiento científico-tecnológico denominada FOTONICA que está a la vanguardia de las tecnologías modernas.

Los láseres permiten generar intervalos de tiempo extremadamente cortos, del orden de 10-18 de segundos, los tiempos más cortos jamás fabricados por el hombre y que sirven como relojes para ajustar satélites y medir procesos en sistemas biológicos, materiales, átomos y moléculas. Los láseres se utilizan en la industria y la producción para cortar, perforar y soldar. En los lectores de códigos de barras de los negocios, en sistemas de seguridad de tarjetas de crédito y billetes, en máquinas que perforan túneles o controlan el movimiento de puentes. Y lamentablemente también para matar. La tecnología militar más moderna se nutre en forma directa de láseres y dispositivos fotónicos, para guiar misiles, como sensores, medidores de distancia y armas.

El láser es uno de los productos científico tecnológicos mas revolucionarios que ha inventado la humanidad y para bien o para mal ha contribuido a modificar la cultura, la economía y la vida de nuestras sociedades en forma radical.
Nuestro país tiene una pequeña pero activa comunidad científico- tecnológica que desde el principio supo manejar estas tecnologías y hoy ocupa un lugar reconocido en la comunidad internacional.

¿Podemos imaginar cómo serán los próximos 50 años? No parece difícil. Ideas que hoy parecen de ciencia ficción pueden ser en pocos años realidad. La luz podría reemplazar a los electrones haciendo desaparecer la electrónica, con transistores y chips enteramente basados en láseres y otros dispositivos fotónicos. La fusión que podría resolver muchos problemas energéticos del planeta podría ser llevada a cabo con láseres extremadamente potentes. Proyectores láser del tamaño de un celular, nanoláseres que podrían operar y controlar procesos en el cuerpo humano y cientos de otras aplicaciones similares ya son ideas en desarrollo.

Una vez más como muchos otros productos de la ciencia los láseres pueden ayudarnos a hacer de este un mundo mejor o contribuir a su destrucción. Por eso la sociedad debe saber de qué se trata, debe contar con la información que se requiere para poder tomar decisiones sobre estas tecnologías, controlarlas y dirigirlas para que puedan utilizarse como herramientas de paz y progreso. Esperemos que las futuras generaciones puedan celebrar los próximos 50 años con este espíritu.

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