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Vilma Santillán (texto)
Al escribir sobre la historia del Teatro
Negro, mencionamos que hasta mediados del siglo XIX esta técnica no se
usaba en Occidente para espectáculos teatrales. Los primeros que experimentaron
con ella en escena fueron los magos, entre ellos Max Auzinger y Joseph Buatier.
Max Auzinger fue un director teatral, actor de cine mudo y mago
nacido en Munich, Bavaria, el 26 de julio de 1839. Alrededor de 1875 Auzinger
descubrió accidentalmente, durante su asistencia a una obra de teatro, el arte
del Teatro Negro. En ésta se presentaba un actor maquillado de oscuro (dado que
representaba a un moro) en un calabozo a oscuras (tapizado con terciopelo
negro), para hacer la escena más truculenta. Al asomarse el actor por la
ventana del calabozo, de su rostro sólo se destacaban la dentadura blanca y los
ojos, que parecían flotar en el escenario. Esta situación inspiró a Auzinger,
quien inmediatamente comprendió las posibles aplicaciones que podría tener en
sus espectáculos de magia. Reprodujo la escena vista utilizando la casita de
muñecas y algunos juguetes de su hija Leopoldine (quien, con el tiempo, sería
su asistente con el nombre de Sulamith). De esta manera, pudo practicar el
truco del ‘Gabinete Negro’ hasta dominarlo por completo. El primer espectáculo
público donde lo utilizó fue “Maravillas de India y Egipto”, el 28 de junio de
1885, en Berlín, donde actuó bajo el pseudónimo de Maxistan A. Uzinger;
posteriormente utilizaría el de “Ben Ali Bey”.
Max
Auzinger en 1893 (postal de la colección de Michael Claxton)
El truco por él presentado resultó todo
un éxito, dado que ofrecía algo nuevo y diferente de los espectáculos de magia
de la época, deslumbrando a sus colegas. Otros espectáculos en los que utilizó
el mismo truco fueron: “El Dibujo Magnetizado”, en el cual un esqueleto
dibujado sobre una pizarra danzaba al compás de la música; “La Creación de la
Mujer por los Dioses de Oriente”, donde una oruga dibujada en un papel cobraba
vida y se convertía en una mujer vestida como una mariposa oriental; y “Las
Burbujas de Jabón”, en el cual Auzinger hacía que burbujas de jabón de
diferentes tamaños y colores flotaran y armaran la figura de una pirámide.
A lo largo de su extensa carrera,
Auzinger fue director del Teatro Nacional de Berlín y en los primeros años del
siglo XX actuó en varias películas mudas, destacando su participación en el
film mudo de 1924 Michael, del renombrado director danés Carl Theodor
Dreyer. Falleció el 15 de mayo de 1928.
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