jueves, 4 de febrero de 2010

Faltan 110 días para la reapertura del Teatro Colón


© Mauricio Rinaldi (texto)
Imagen: vista axonométrica, en Master Plan Teatro Colón, pág. 11.

En una publicación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del año 2006 titulada Master Plan Teatro Colón. Puesta en valor y actualización tecnológica las autoridades porteñas dan detalles sobre las obras de restauración que han llevado a cabo hasta ese momento y las que deben aún realizar hasta la reapertura de la primera casa de ópera de América latina. En la página 11 de la publicación mencionada podemos observar una representación gráfica general del edificio original con las ampliaciones que ha hecho de este teatro uno de los mejores del mundo respecto del modo de producción propia o, como también se dice, de autoproducción. En efecto, según la publicación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el edificio original de 1908 contaba con 35.400m2; una ampliación de 1938 agregó otros 2.450m2; finalmente, en 1970 se agregaron 19.910m2, los cuales constituyen los inmensos 3 subsuelos que se desarrollan por debajo de la Avenida 9 de Julio. De esta manera, actualmente el Teatro Colón cuenta con 58.000m2 totales.

Hasta su cierre a fines de 2007 la organización del Teatro Colón presentaba un equilibrio entre las áreas de producción artística y las áreas de producción técnica, lo cual puede observarse en la distribución de espacios en el tercer subsuelo. Allí, un pasillo que cruza en dirección este-oeste por debajo del plano de la fachada norte (calle Viamonte) dejaba de un lado las 3 salas de ensayo, una de las cuales (llamada 9 de Julio) tiene la misma superficie que el escenario del teatro, y del otro lado los talleres de escenografía y de montaje escenográfico. Además, en los 3 subsuelos se distribuían las áreas de vestuario (peluquería, zapatería y sastrería) y los talleres de utilería. Este tipo de organización hizo que diseñadores, escenógrafos, iluminadores, vestuaristas y reggiseurs de todo el mundo manifestaran su admiración y, a la vez, la comodidad y operatividad por poder contar con todo lo necesario para la producción dentro del mismo edificio. Incluso para los artistas era un factor favorable, ya que luego de un ensayo podían ir al taller de sastrería y probarse un vestuario sin tener que trasladarse a otro lugar.

Ahora, la reforma de esta nueva restauración implica no un agregado de espacios, sino la refuncionalización de los espacios existentes. Según los nuevos planos que se han publicado en un blog que habla de los problemas del Colón, casi el 70% de las áreas de talleres del tercer subsuelo serán destinadas a salas de ensayo, con lo cual el teatro perderá en gran medida su capacidad de producción técnica, aún cuando se habla de talleres externos que reemplazarían a los que se perderán.

En su novela El gran teatro, Manuel Mujica Lainez nos presenta un retrato de la sociedad porteña de los ’40 precisando sus virtudes y miserias (sobre todo, éstas últimas) e intercalando detalladas descripciones de la arquitectura del Teatro Colón. Según el escritor, se trata del teatro más bello del mundo (opinión que tiene el apoyo de artistas que han pasado por su escenario). Pero la grandeza del Teatro Colón no se debe sólo a su volumen edilicio y su ornamentación arquitectónica (que han sido declarados Monumento Histórico Nacional), sino que está dada por una historia de excelentes producciones que, lamentablemente, ha tenido una curva descendente en los últimos años. Así, hemos pasado de ser un gran teatro a ser un teatro grande. Y esta es la perspectiva con la que, previsiblemente, se reabrirá el Teatro Colón el 25 de mayo de este año.


[+ info en www.teatrocolon.gov.ar
y en www.habituesdelteatrocolon.wordpress.com ]

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